Luego de una semana intensa viviendo la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, reflexiono sobre cómo hubiera sido si hace 2000 hubiese existido el Internet y las redes sociales. Imaginé un “Live” de la crucifixión y otro sobre la resurrección y la tumba vacía. Pensé en cómo se hubiera hecho viral y cómo en todas partes del mundo se estuviera hablando de lo allí sucedido. Y no solo eso; todo el mundo hubiera sido testigo, toda la gente viendo, pero ¿hubieran creído o pensarían que era una conspiración?
Seguí en mi reflexión y pensé: ¡Wow! Hace 2000 años no había Internet ni redes sociales. Solo unos pocos privilegiados que se encontraban en el lugar fueron testigos del hecho que cambió nuestra historia; del que por amor a nosotros se sacrificó en una muerte de cruz para darnos vida eterna y salvación. Solo algunos vieron esto, pero ahora, 2000 años más tarde, casi todo el mundo conoce sobre este tan glorioso hecho. Gracias a esto, hoy somos más de 2200 millones de cristianos en el mundo.
No sé cuantos “Likes” o caritas tristes hubiera tenido ese “Live”. Lo que sí sé, es que hoy, 2000 años más tarde, continuamos compartiendo el hecho más importante de nuestra historia a través de Internet y las redes sociales. El hecho sigue siendo viral. En casi todo el mundo lo celebramos, nos congregamos y lo vivimos de la forma en que cada cual desee celebrarlo, pero todos, de alguna manera u otra recordamos ese gran momento.
¡Dime tú si no fue importante! ¡Dime tú si no nos debemos todos a ese momento histórico! ¡Dime tú si no fue tan grande y tan grande, que no hizo falta el Internet para que aún hoy se le siga dando “Share” (o compartir) a tan grandioso momento! De verdad que lo contemplo y pienso, si hubiera ocurrido hoy, en este momento de la historia, donde todo se sabe al instante en casi todo el mundo, ¿la gente creería?
Te invito a que hagas un detente y pienses en que, todo lo que vivimos ahora, es gracias a Aquél que dio la vida por sus amigos. Que la fe que tenemos en que hay algo más que esta vida es gracias a ese glorioso día. Que si existimos, razonamos, pensamos, analizamos y amamos, es gracias al Creador y a su misericordia por nosotros que entregó a su Único Hijo para nuestra salvación.
¡Dios les bendiga y Feliz Pascua de Resurrección!
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